Entrenar en ayunas: beneficios, riesgos y cómo hacerlo correctamente

Todo lo que debes saber antes de entrenar en ayunas – Paleobull

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¿Qué significa entrenar en ayunas?

Entrenar en ayunas significa realizar ejercicio físico durante un periodo en el que no has comido durante al menos 8 a 12 horas. Generalmente, esto ocurre por la mañana, después del ayuno nocturno.
En combinación con el ayuno intermitente, esta práctica ha ganado mucha popularidad por su potencial para optimizar la quema de grasa y mejorar el rendimiento metabólico.

Sin embargo, también genera muchas dudas: ¿es seguro? ¿perderé músculo? ¿me sentiré débil? La respuesta depende de varios factores como el tipo de ejercicio, tu nivel de experiencia y tu alimentación general.

Qué sucede en tu cuerpo cuando entrenas en ayunas

Durante el ayuno, los niveles de insulina son bajos y el cuerpo comienza a utilizar más ácidos grasos como fuente de energía. Al entrenar en este estado, se incrementa la oxidación de grasa, especialmente en actividades de baja o media intensidad.

Además, se activa un entorno hormonal favorable que puede estimular la hormona del crecimiento y mejorar la sensibilidad a la insulina.
También hay estudios que sugieren que entrenar en ayunas puede mejorar la capacidad de adaptación del músculo a situaciones de estrés metabólico.

Eso sí, si el entrenamiento es muy intenso o prolongado, el cuerpo también puede recurrir a aminoácidos musculares como fuente de energía, lo que puede resultar contraproducente si no se maneja bien.

Tipos de entrenamiento más adecuados para el ayuno

No todos los entrenamientos son iguales ni reaccionan igual al ayuno.
Estas son las actividades que mejor se toleran en estado de ayuno:

  • Caminar, trotar suave o andar en bicicleta a ritmo moderado

  • Yoga, pilates o movilidad articular

  • Entrenamientos de fuerza de intensidad media

  • Cardio de baja intensidad en cinta, elíptica o escaladora

En cambio, entrenamientos muy exigentes como HIIT, crossfit o carreras largas pueden provocar mareos, fatiga temprana o bajo rendimiento si no hay suficiente adaptación previa.

Lo ideal es comenzar con sesiones cortas, observar cómo responde el cuerpo y ajustar en función de los resultados.

Beneficios potenciales de entrenar en ayunas

El entrenamiento en ayunas no es para todos, pero puede ofrecer varios beneficios interesantes:

  • Mayor utilización de grasa como fuente de energía

  • Mejor sensibilidad a la insulina

  • Mayor control del apetito durante el día

  • Estímulo de la autofagia y la regeneración celular

  • Aumento de disciplina y control sobre los hábitos

  • Menor carga digestiva durante el ejercicio

Además, puede ser práctico para personas con agendas muy apretadas que prefieren entrenar temprano sin dedicar tiempo a desayunar.

¿Se pierde músculo al entrenar sin comer?

Uno de los mayores miedos en torno al entrenamiento en ayunas es la pérdida de masa muscular. Sin embargo, si se realiza de forma controlada y se acompaña de una alimentación adecuada durante la ventana de ingesta, este riesgo es mínimo.

El cuerpo está diseñado para adaptarse a periodos sin alimento, y en la mayoría de los casos usará grasa como energía antes que degradar músculo, especialmente en entrenamientos moderados.

Consumir suficiente proteína diaria, descansar bien y entrenar con cargas adecuadas es clave para preservar o incluso aumentar la masa muscular aunque entrenes sin desayunar.

Qué hacer después de entrenar en ayunas

Una vez terminas tu entrenamiento en ayunas, el momento de romper el ayuno es fundamental.
Tu cuerpo necesita nutrientes para recuperarse, reponer glucógeno muscular y activar los procesos de construcción y reparación celular.

Lo ideal es ingerir una comida equilibrada en las siguientes 30 a 60 minutos que incluya:

  • Proteína de alta calidad (huevos, yogur griego, batido proteico, tofu)

  • Carbohidratos saludables (avena, frutas, pan integral)

  • Grasas buenas (aguacate, frutos secos, aceite de oliva)

Esta comida marca la diferencia entre obtener beneficios o generar un desgaste innecesario.

Señales de que el entrenamiento en ayunas no te está funcionando

Aunque puede ser muy útil para muchas personas, entrenar en ayunas no siempre es la mejor opción.
Presta atención a las siguientes señales:

  • Mareos o fatiga excesiva durante o después del entrenamiento

  • Falta de progreso en fuerza o resistencia

  • Dolor muscular inusual o prolongado

  • Ansiedad alimentaria o atracones después del ejercicio

  • Pérdida involuntaria de masa muscular

  • Irritabilidad o dificultad para concentrarte el resto del día

En esos casos, puede ser mejor entrenar tras una pequeña comida ligera o cambiar el horario.

¿Quiénes deberían evitar entrenar en ayunas?

El entrenamiento en ayunas no está recomendado para todos. Deberían evitarlo:

  • Personas con diabetes o hipoglucemia

  • Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia

  • Personas con historial de trastornos alimentarios

  • Deportistas de alto rendimiento en fases competitivas

  • Quienes están en procesos de recuperación de lesiones o enfermedades

En estos casos, lo mejor es seguir una rutina alimentaria y de entrenamiento guiada por profesionales.

¿Puedo ganar músculo entrenando en ayunas?

Sí, es posible ganar masa muscular aunque entrenes en ayunas, siempre que el estímulo del entrenamiento sea adecuado y tu ingesta calórica y proteica diaria esté bien ajustada.

La ventana de alimentación debe incluir suficiente cantidad de calorías, especialmente proteínas y carbohidratos, para crear un entorno anabólico y favorecer el crecimiento muscular.

Lo más importante no es si entrenas con o sin desayuno, sino el conjunto de tus hábitos diarios.

Cómo empezar si nunca has entrenado en ayunas

Si quieres probar esta estrategia, empieza poco a poco:

  • Comienza con caminatas o sesiones suaves de 20 a 30 minutos

  • Hidrátate bien antes y durante el entrenamiento

  • No hagas ayunos muy prolongados al inicio (12 a 14 horas son suficientes)

  • Escoge días tranquilos para experimentar, sin compromisos exigentes después

  • Prepara una comida nutritiva para después del ejercicio

La adaptación puede tomar entre una y tres semanas. Sé paciente y escucha a tu cuerpo.

Conclusión

Entrenar en ayunas puede ser una herramienta poderosa si se utiliza con inteligencia y adaptada a tus necesidades.
Ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina, a potenciar la oxidación de grasa y a simplificar tu día sin afectar tu salud ni tu rendimiento, siempre que lo acompañes de una alimentación adecuada y descansos suficientes.

No es una solución mágica ni una obligación: simplemente, una opción más dentro de un enfoque integral de salud y bienestar.

El mejor entrenamiento es el que puedes sostener en el tiempo. Si en tu caso funciona el ayuno, aprovéchalo. Y si no, sigue otro camino. Lo importante es moverse, cuidarse y sentirse bien.