Una Agenda Ultrarradical
Laia Estrada, candidata de la CUP, se posiciona para las próximas elecciones catalanas del 12 de mayo con un mensaje claro y radical. Rechaza proyectos importantes como la construcción de desalinizadoras para combatir la sequía y la ampliación del aeropuerto de El Prat. En la educación, está en contra del trilingüismo en las escuelas y defiende la inmersión lingüística en catalán como parte de la “cohesión social” en Cataluña.
Para la CUP, estos proyectos representan un ataque a su visión de independencia y autonomía, o como ellos lo llaman, “sumisión al Estado”. Este es un tema que ha llevado a un conflicto con otros partidos nacionalistas, como ERC y Junts, que apoyan un referéndum pactado y están abiertos a otras formas de cooperación.
Desafíos para la CUP
Estrada llega a estas elecciones con el reto de superar dos fracasos electorales recientes: las municipales y las generales del año pasado. Este declive ha puesto a la CUP en una situación difícil, por lo que Estrada tiene la tarea de renovar la confianza del electorado y ofrecer una alternativa clara a otros partidos nacionalistas que, a menudo, se consideran más moderados.
La CUP se ha caracterizado por ser un partido de oposición que ha bloqueado muchas iniciativas y ha apoyado a presidentes nacionalistas a través de la abstención. Sin embargo, ahora enfrentan la necesidad de ofrecer algo más que oposición y buscar nuevas maneras de atraer a los votantes en un contexto político catalán cada vez más fragmentado.
La Visión de Laia Estrada para la Educación y la Política Lingüística
Una de las posiciones más controvertidas de Estrada es su rechazo al trilingüismo en las escuelas catalanas. Al igual que otros partidos nacionalistas, la CUP cree que la inmersión lingüística en catalán es fundamental para la cohesión social. Por eso, la candidata apoya una ley de educación basada en cuatro pilares: garantizar un 6% del PIB para educación, volver a la gestión democrática de los centros, blindar la inmersión lingüística, y derogar el decreto que regula las escuelas concertadas para llegar a un 90% de plazas públicas.
Esta postura ha sido respaldada por otras medidas, como el apoyo a la creación de una conselleria exclusiva para la lengua catalana, que contará con recursos sustanciales y capacidad para intervenir en varios ámbitos del gobierno. Para Estrada, esta política lingüística es clave para mantener la identidad catalana y resistir la presión del trilingüismo y la globalización.
El Debate sobre las Desalinizadoras
En cuanto al medio ambiente, Estrada ha expresado su oposición a la construcción de desalinizadoras, argumentando que favorecen a la industria y al “lobby turístico”. Cree que estas instalaciones podrían encarecer la factura del agua y no abordan el problema de fondo, que para ella es la necesidad de un cambio radical en las políticas de agua, priorizando sectores estratégicos como la agricultura.
La posición de Estrada sobre las desalinizadoras muestra la orientación de la CUP hacia un modelo económico y territorial más radical y menos dependiente de las grandes infraestructuras. En lugar de buscar soluciones tecnológicas para problemas como la sequía, prefieren enfocarse en cambios estructurales que promuevan la sostenibilidad y la equidad.
El Reto del 12 de Mayo
Laia Estrada y la CUP enfrentan un importante desafío en las próximas elecciones catalanas. Con una plataforma política radical y un partido en declive, tendrán que convencer a los votantes de que su visión es la correcta para Cataluña. Con un mensaje centrado en la independencia y el rechazo a proyectos de infraestructura y políticas educativas controvertidas, será interesante ver cómo se desarrollan los resultados de estas elecciones y el impacto que tendrá en la política catalana a largo plazo.