Si bien es cierto que constantemente se conocen nuevos tratamientos para el cuidado del cabello, deberíamos saber en qué consisten las tres fórmulas básicas y en función de ellas determinar cuál es la adecuada para nuestro tipo de cabello.
Uno de los tratamientos consiste en la restauración del cabello dañado. Para combatir este problema es necesario utilizar productos que contengan proteínas con un uso frecuente. La función de las proteínas es fortalecer las áreas de las cutículas que han sido dañadas. Sin embargo, es importante no utilizar estos productos en exceso, puesto que el cabello podría endurecerse demasiado y ser más propenso a romperse. Los tratamientos con proteínas se pueden aplicar cada quince días y los productos de uso diario dos o tres veces en la semana.
Los tratamientos para cabellos lisos requieren la implementación de productos compuestos de queratina. Lo que hace este componente es alisar la capa externa del cabello volviéndolo mucho más suave. Dependiendo de la textura del cabello, este tratamiento se puede aplicar cada tres o cinco meses.
En el caso de tener cabello seco, el tratamiento adecuado será aquel que le pueda brindar humedad. El cabello se muestra seco antes de dañarse completamente. Por eso es importante detectar la etapa de resequedad y prevenir problemas futuros. En el mercado podemos encontrar varios productos para hidratar el cabello y combatir este problema que puede hacerlo ver opaco y desalineado.