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Valencia pedalea con más fuerza que nunca. Con más de 160 kilómetros de carriles bici y una red que no para de crecer, la ciudad se consolida como uno de los referentes nacionales en movilidad ciclista. Sin embargo, el nuevo mapa ciclista de 2025 muestra que aún quedan retos por superar, tanto en conectividad como en seguridad y convivencia. En este reportaje analizamos el estado actual de la infraestructura ciclista valenciana, los planes de expansión del consistorio y las voces de quienes cada día se suben al sillín para moverse de forma sostenible por la capital del Turia.
La red actual: más densa, pero aún incompleta
En 2025, Valencia cuenta con una red ciclable más extensa y diversa que nunca. Se han habilitado nuevas conexiones entre barrios periféricos y el centro, se han mejorado tramos existentes y se han rediseñado varios cruces peligrosos. El nuevo mapa ciclista publicado por el Ayuntamiento incluye las siguientes novedades: un eje norte-sur renovado que va desde Benimaclet hasta La Torre, pasando por el centro y consolidándose como una vía rápida ciclista con prioridad semafórica; un anillo ciclista ampliado que rodea el centro histórico e incluye ramales secundarios que conectan con zonas como Patraix, Ruzafa o Campanar; e intermodalidad con metro y bus, mejorando los accesos ciclistas a estaciones clave y añadiendo más aparcabicis vigilados. No obstante, asociaciones ciclistas como Valencia en Bici advierten que persisten los “puntos negros”, especialmente en zonas como la Avenida del Cid, Primado Reig o algunos accesos al puerto.
La voz de los ciclistas: comodidad creciente, pero también quejas
Muchos usuarios valoran positivamente la evolución del carril bici en la ciudad. “Antes me sentía un bicho raro yendo en bici al trabajo. Ahora casi todos los días me cruzo con decenas de personas, y eso da seguridad”, comenta Claudia, vecina de Benicalap. Sin embargo, también abundan las críticas. La falta de continuidad en algunos tramos, la convivencia conflictiva con peatones o las superficies en mal estado son algunas de las quejas más repetidas. Marc, estudiante de la UV, señala: “Hay carriles que empiezan y terminan de golpe. A veces te ves en mitad de una rotonda sin protección y te la juegas”.
Desafíos: convivencia, mantenimiento y educación vial
Uno de los grandes retos del crecimiento ciclista en Valencia es lograr la convivencia pacífica entre peatones, bicis y vehículos. Los carriles bici en acera siguen generando conflictos, especialmente en zonas turísticas o comerciales. A esto se suma la necesidad de un mayor mantenimiento de la infraestructura: balizas arrancadas, pintura desgastada o baches mal reparados afectan la experiencia y la seguridad de los usuarios. El Ayuntamiento también reconoce que queda trabajo por hacer en materia de educación vial. En este sentido, se han impulsado campañas en colegios e institutos, además de talleres comunitarios en barrios para fomentar el respeto mutuo en la vía pública.
Planes de futuro: más kilómetros y mayor ambición
La estrategia de movilidad sostenible de Valencia para el horizonte 2030 prevé la creación de 40 kilómetros adicionales de carril bici, muchos de ellos en zonas aún poco conectadas como Nazaret, Orriols o Poble Nou. También se contempla la construcción de corredores verdes que combinen arbolado, sombra y rutas ciclables, como parte de un plan para combatir el calor urbano y fomentar una movilidad más amable. Además, se trabaja en la digitalización del sistema ciclista: una app municipal mostrará en tiempo real el estado de los carriles, zonas en obras, aparcamientos disponibles y puntos de reparación.
Bicis públicas y privadas: una ciudad cada vez más ciclista
La bicicleta pública también ha tenido un papel clave en esta transformación. El servicio Valenbisi, renovado en 2024, ahora cuenta con más bicicletas eléctricas y estaciones en barrios anteriormente desatendidos. Esto ha permitido aumentar el uso en franjas horarias clave como la entrada y salida del trabajo o de los campus universitarios. Por su parte, el uso de bicis privadas también crece, en parte gracias a ayudas a la compra, exenciones fiscales y mejora en la oferta de aparcamiento seguro.
Una ciudad sobre ruedas, pero con margen de mejora
Valencia sigue pedaleando hacia un modelo urbano más sostenible, saludable y conectado. El nuevo mapa ciclista es una muestra clara del compromiso municipal, pero también deja ver los puntos donde aún es necesario actuar. El reto ahora no es solo construir más carriles, sino hacer que estos sean seguros, cómodos y verdaderamente útiles para todos los públicos. Y, sobre todo, lograr que la bici no sea solo una alternativa, sino una opción prioritaria para miles de valencianos.