Dormir mal en Valencia: por qué cada vez más jóvenes sufren insomnio urbano

Los adolescentes cada vez duermen menos por culpa del móvil | Papel | EL  MUNDO

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Dormir profundamente en una ciudad como Valencia, especialmente para los jóvenes, se está volviendo cada vez más difícil. Las cifras lo confirman: según un estudio reciente del Hospital La Fe, más del 35 % de los menores de 35 años asegura dormir mal de forma habitual. Las causas son múltiples, desde el estrés postpandémico hasta el uso abusivo de pantallas, pero en el caso de Valencia se suma un factor especialmente urbano: el ruido nocturno y la creciente actividad en las calles.

El insomnio como síntoma de la ciudad

Valencia, con su clima amable, sus terrazas activas hasta tarde y su dinamismo cultural, genera un entorno donde la noche está muy viva. Sin embargo, esa vitalidad puede convertirse en un problema cuando se traduce en falta de descanso. Calles como la plaza del Cedro, Ruzafa o Ciutat Vella, que concentran zonas de ocio, bares y eventos al aire libre, son también puntos críticos en lo que a contaminación acústica se refiere.

El Mapa Estratégico de Ruido del Ayuntamiento de Valencia revela que muchas zonas residenciales superan los 55 decibelios recomendados por la OMS durante la noche. Esto afecta directamente al sueño, generando microdespertares constantes, dificultad para conciliar el sueño y una sensación de cansancio acumulado.

Pantallas, ansiedad y ritmos rotos

Más allá del entorno físico, existen factores personales que están afectando al sueño de los jóvenes valencianos. Uno de los más citados por los expertos es la exposición a pantallas antes de dormir. “El uso del móvil en la cama, que se ha convertido en una rutina diaria, retrasa la producción de melatonina y altera el ritmo circadiano”, explica la neuróloga Marta Fuentes, especialista en trastornos del sueño en el Hospital Clínico.

A ello se suma la ansiedad generalizada que ha dejado la pandemia, la precariedad laboral que afecta especialmente a la juventud y el aumento del consumo de bebidas estimulantes y productos energéticos. Todo esto configura un perfil de joven urbanita que llega al final del día saturado de estímulos y con una mente incapaz de desconectar.

¿Qué se está haciendo en Valencia?

Frente a este panorama, algunas iniciativas están comenzando a abrir caminos hacia una mejor higiene del sueño desde lo local. Por ejemplo, en el barrio de Benimaclet, una asociación vecinal ha promovido talleres gratuitos de mindfulness, yoga y descanso consciente, orientados a jóvenes y estudiantes. La participación ha sido tal que ya están organizando una segunda edición.

La Universitat de València, por su parte, ha incorporado dentro de su programa de salud universitaria una guía de descanso y autocuidado que incluye desde consejos para mejorar la rutina nocturna hasta recomendaciones de apps validadas científicamente para mejorar el sueño.

En Ciutat Vella, algunas comunidades de vecinos han empezado a organizarse para medir el ruido nocturno con sonómetros colaborativos y enviar reclamaciones conjuntas al ayuntamiento, pidiendo limitaciones horarias más estrictas en zonas saturadas.

Consejos de expertos desde la ciudad

Además de iniciativas colectivas, algunos profesionales valencianos ofrecen orientaciones prácticas para quienes sufren insomnio crónico o pasajero:

  • Evitar pantallas al menos una hora antes de dormir. Sustituir el móvil por un libro físico o una actividad relajante ayuda al cerebro a desconectar.

  • Establecer una rutina horaria fija, incluso en fines de semana, para reforzar el ciclo circadiano.

  • Reducir el consumo de cafeína, alcohol y azúcares refinados por la tarde y noche.

  • Practicar ejercicios de relajación o meditación guiada. El centro Respira Valencia, en el Ensanche, ofrece sesiones específicas enfocadas al insomnio.

  • Aprovechar los parques tranquilos de la ciudad como zonas de desconexión al final del día: el Jardín del Túria, el Parque Central o el Jardí de les Hespèrides son algunos de los preferidos por quienes buscan aire fresco antes de dormir.

El sueño como derecho urbano

Dormir bien no debería ser un privilegio. Es un derecho básico de salud, productividad y bienestar mental. Sin embargo, en una ciudad que avanza hacia un modelo más turístico, más denso y más activo de noche, se hace necesario repensar los ritmos colectivos. ¿Dónde están los límites entre ocio y descanso? ¿Cómo se protege el bienestar de quienes trabajan o estudian por la mañana?

La ciudad de Valencia se enfrenta al reto de equilibrar su vitalidad con el silencio necesario para el descanso. Y eso pasa por repensar la planificación urbana, la regulación del ruido, la salud mental en los centros educativos y la formación en hábitos saludables desde edades tempranas.

Mientras tanto, miles de jóvenes valencianos siguen buscando el sueño, cada noche, entre pantallas encendidas, música lejana y pensamientos que no se apagan.