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En un contexto en el que cada vez más personas buscan formas de mejorar su salud sin recurrir exclusivamente a fármacos o tratamientos invasivos, las terapias con agua están ganando protagonismo en Valencia. Desde baños termales hasta fisioterapia acuática, pasando por circuitos de hidroterapia urbana, los beneficios de estos tratamientos son respaldados tanto por la tradición como por la ciencia moderna.
Los centros de hidroterapia repartidos por la ciudad y su entorno ofrecen hoy una combinación de relajación, recuperación física y equilibrio emocional que cada vez más valencianos y turistas están dispuestos a probar.
El poder curativo del agua
La hidroterapia es una práctica milenaria. Ya en tiempos de los romanos, las termas se utilizaban para tratar dolencias musculares, limpiar la piel o simplemente relajarse. Hoy, esta práctica se ha sofisticado y adaptado a la medicina moderna, incorporando técnicas como la inmersión en piscinas de contraste, duchas escocesas, chorros subacuáticos, baños de vapor y más.
El principio sigue siendo el mismo: utilizar el agua a diferentes temperaturas y presiones para estimular el sistema circulatorio, aliviar tensiones musculares y favorecer el equilibrio nervioso.
Según estudios del Hospital Universitari i Politècnic La Fe, la exposición regular a entornos termales y terapias acuáticas puede reducir el dolor crónico, mejorar la calidad del sueño y contribuir al control de la ansiedad y el estrés.
Centros urbanos de hidroterapia en Valencia
Valencia cuenta con una red de centros urbanos de bienestar que incorporan elementos de hidroterapia moderna. Uno de los más conocidos es el Olympia Spa & Fitness en Alboraya, que dispone de un completo circuito de aguas con sauna, baño turco, jacuzzi, duchas bitérmicas y una piscina climatizada ideal para tratamientos rehabilitadores.
Otro espacio destacado es Balneario La Alameda, situado junto a los Jardines del Turia. Fundado en el siglo XIX, es uno de los pocos balnearios urbanos con aguas mineromedicinales certificadas. Sus aguas sulfurosas emergen a más de 40 grados, y están especialmente indicadas para tratar problemas de piel, reumatismo y afecciones respiratorias.
También han surgido espacios más modernos como Las Termas de Ruham o el centro Wala, que ofrecen experiencias sensoriales combinadas con aromaterapia, cromoterapia y musicoterapia.
Fisioterapia acuática: salud en movimiento
En paralelo al ocio y la relajación, el uso terapéutico del agua también se ha consolidado en el ámbito sanitario. La fisioterapia acuática o hidrocinesiterapia se aplica en clínicas especializadas y hospitales valencianos para tratar pacientes con lesiones musculares, problemas articulares o trastornos neurológicos.
Clínicas como Vital&Clinic, en el barrio de Campanar, o el centro Fisioterapia Avanzada Torrent, trabajan con piscinas adaptadas donde se realiza ejercicio físico bajo el agua, aprovechando la resistencia natural y la flotabilidad para reducir la carga sobre las articulaciones y permitir una recuperación más rápida.
La fisioterapia acuática es especialmente efectiva en personas mayores, embarazadas, deportistas en recuperación o pacientes con movilidad reducida. Además, muchos centros ofrecen clases grupales de aquagym terapéutico, que combinan actividad física, contacto social y bienestar emocional.
Balnearios naturales cerca de Valencia
Aunque los centros urbanos son accesibles y eficaces, muchos valencianos siguen prefiriendo escaparse los fines de semana a balnearios naturales ubicados en la Comunidad Valenciana.
Entre los más visitados está el Balneario de Cofrentes, a menos de dos horas de la capital, cuyas aguas mineromedicinales brotan del subsuelo volcánico. Ofrece programas específicos para el aparato locomotor, estrés, insomnio y enfermedades circulatorias.
Otro destino habitual es el Balneario de Montanejos, famoso por sus pozas naturales a orillas del río Mijares, donde las aguas mantienen una temperatura constante de 25ºC durante todo el año. Aquí, la hidroterapia se combina con paseos por la naturaleza y tratamientos complementarios.
También destacan el Balneario de Chulilla, en el entorno de la Hoya de Buñol, y el Balneario de Villavieja, que cuenta con un manantial clorado sódico con propiedades antiinflamatorias.
Beneficios emocionales y mentales
Más allá de lo físico, las terapias con agua están demostrando ser un recurso valioso para la salud mental. Numerosos estudios avalan que los entornos acuáticos inducen un estado de relajación profunda, reducen los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y ayudan a regular el sistema nervioso parasimpático.
El simple hecho de flotar en agua templada durante varios minutos genera una sensación de ingravidez que alivia la tensión muscular y emocional acumulada. Esta experiencia, reforzada con técnicas de respiración y silencio, tiene efectos similares a los de la meditación.
Además, en una ciudad como Valencia —cada vez más expuesta al ruido, las prisas y la saturación digital—, los balnearios se han convertido en pequeños santuarios urbanos para desconectar.
Una tendencia en auge
La demanda de servicios de hidroterapia ha crecido en los últimos cinco años, especialmente tras la pandemia. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el 35 % de los valencianos busca experiencias de salud y bienestar en su tiempo libre, y el 22 % ha probado algún tipo de terapia con agua en el último año.
Los expertos coinciden en que esta tendencia continuará al alza, especialmente entre personas que buscan alternativas al tratamiento farmacológico o una mejora general de su calidad de vida.
Accesibilidad y precios
A diferencia de lo que se podría pensar, muchos de estos servicios no son exclusivos de clases altas. Existen bonos y promociones accesibles desde 15 o 20 euros por sesión, e incluso programas públicos de termalismo social para personas mayores, gestionados por la Generalitat Valenciana en colaboración con los balnearios rurales.
Algunos centros, además, ofrecen descuentos para estudiantes, personas desempleadas o familias numerosas.
Las terapias con agua están dejando de ser un lujo para convertirse en una herramienta real y útil al servicio de la salud pública y del bienestar emocional. Valencia, con su red de centros modernos y su entorno natural privilegiado, se posiciona como uno de los lugares clave para impulsar esta revolución líquida del cuidado personal.