Economía circular: cómo pueden aplicarla las empresas sin ser del sector ambiental

Economía Circular en la Industria: Descubre sus ventajas

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La economía circular ha dejado de ser una utopía ambiental para convertirse en un modelo económico real, viable y cada vez más necesario. Pero a menudo se asocia exclusivamente con industrias verdes o sostenibles, como el reciclaje o las energías renovables. La realidad es que cualquier empresa, de cualquier sector, puede aplicar principios de economía circular, y con ello no solo contribuir al planeta, sino también mejorar su competitividad, reducir costes y generar valor añadido.

En este artículo explicamos qué es exactamente la economía circular, cuáles son sus beneficios para las empresas y, lo más importante, cómo puede aplicarse incluso en pymes o compañías que no tienen un enfoque medioambiental en su ADN.

¿Qué es la economía circular?

La economía circular es un modelo productivo y de consumo que busca cerrar el ciclo de vida de los productos, materiales y recursos, alargando su uso útil y minimizando el desperdicio. En lugar de seguir el modelo tradicional de “extraer – producir – usar – tirar”, la economía circular propone:

  • Reducir el uso de materias primas vírgenes

  • Reutilizar productos y componentes

  • Reciclar materiales al final de su vida útil

  • Regenerar los sistemas naturales dañados

  • Reparar, reacondicionar y rediseñar para extender la vida útil de todo lo que se produce

Es decir, no se trata solo de reciclar, sino de repensar cómo diseñamos, fabricamos, usamos y desechamos.

¿Por qué aplicar economía circular en empresas no ambientales?

Porque el modelo lineal está agotado. Las materias primas se encarecen, los residuos generan costes y la sociedad (clientes, inversores, legisladores) exige compromiso ambiental real.

Beneficios directos para cualquier empresa:

  • Reducción de costes: menos desperdicio, más eficiencia en el uso de recursos

  • Nuevas oportunidades de negocio: modelos de reutilización, alquiler, segunda mano

  • Mejora de imagen de marca: mayor fidelidad de clientes preocupados por el medioambiente

  • Adaptación a normativas presentes y futuras: leyes europeas cada vez más exigentes

  • Acceso a financiación y subvenciones verdes

Y lo más importante: es rentable. Según estudios de la Fundación Ellen MacArthur, las empresas que adoptan modelos circulares pueden reducir hasta un 20% sus costes operativos.

¿Cómo aplicar economía circular si tu empresa no es “verde”?

Aquí tienes una guía práctica para integrar este enfoque paso a paso, aunque tu negocio no esté ligado al medio ambiente.

1. Evalúa tu consumo de recursos

Analiza:

  • ¿Qué materias primas usas? ¿Son reciclables, reutilizables, locales?

  • ¿Qué tipo de residuos generas? ¿Podrían ser aprovechados internamente o por terceros?

  • ¿Dónde se concentran los mayores consumos de energía, agua o materiales?

Este diagnóstico básico te permitirá identificar oportunidades claras de mejora.

2. Rediseña procesos y productos

A veces, un pequeño cambio en el diseño o en el proceso productivo puede tener un gran impacto:

  • Usar materiales reciclados o de bajo impacto

  • Diseñar productos desmontables o reparables

  • Eliminar envases innecesarios o usar envases reutilizables

  • Estandarizar piezas para facilitar su reutilización

Ejemplo real: una imprenta que reemplaza plásticos de un solo uso por cartón reciclado y ajusta el tamaño de los embalajes a medida → menos residuos y menor coste logístico.

3. Reutiliza materiales dentro de tu propio negocio

¿Tiras cartón, madera, palés, restos textiles, mobiliario viejo, tecnología obsoleta?

  • Puedes repararlos, reconvertirlos o incluso venderlos

  • Muchos residuos se convierten en nuevos recursos si se gestionan bien

  • Hay plataformas donde empresas intercambian excedentes (tipo “Wallapop profesional”)

Ejemplo: una tienda de muebles que recoge sofás usados y reacondicionados para venta outlet.

4. Optimiza la energía y recursos

No necesitas ser una empresa energética para aplicar medidas circulares. Acciones sencillas:

  • Sustituir iluminación por LED

  • Controlar horarios de maquinaria y consumo fantasma

  • Reaprovechar calor o energía generada en procesos industriales

  • Usar proveedores de energía renovable certificada

  • Monitorizar consumos con software inteligente

Esto no solo reduce tu huella ecológica, también tu factura.

5. Crea un sistema de logística inversa

¿Puedes recuperar productos después de su uso?

  • Recogida de embalajes retornables

  • Recompra o recompensas por devolver productos

  • Servicio de reparación o mantenimiento

  • Donación a entidades sociales de productos en buen estado

Ejemplo: una marca de calzado que recoge zapatos usados para reparación, donación o reciclaje, generando reputación positiva y fidelización.

6. Colabora con otros agentes

La economía circular se basa en redes de colaboración. Puedes:

  • Compartir materiales o logística con negocios cercanos

  • Asociarte con centros de reciclaje o talleres de reparación

  • Participar en clústeres de economía circular o sostenibilidad empresarial

  • Implicar a tus proveedores en prácticas responsables

  • Promover el ecodiseño con fabricantes

Incluso sectores aparentemente “alejados” del medio ambiente (consultorías, despachos, comercios, educación…) pueden colaborar para reducir consumos, compartir recursos o generar valor conjunto.

7. Comunica lo que haces (pero hazlo bien)

No se trata de caer en el greenwashing (publicidad verde engañosa), sino de:

  • Informar con transparencia sobre tus acciones circulares

  • Mostrar mejoras cuantificables (menos residuos, más ahorro, nuevos usos)

  • Implicar a tus clientes con campañas de recogida, uso responsable o reciclaje

  • Usar etiquetas, sellos o certificaciones que respalden tu compromiso

Una buena estrategia de comunicación circular fideliza, diferencia y posiciona.

Casos reales de economía circular en empresas no verdes

  • Taller mecánico: gestiona y regenera aceites, reutiliza neumáticos para mobiliario urbano

  • Academia de idiomas: digitaliza materiales y entrega libros reutilizados

  • Oficina administrativa: elimina impresiones innecesarias, reparte el papel sobrante a colegios

  • Panadería local: convierte pan del día anterior en tostadas o base para nuevas recetas

  • Startup tecnológica: reacondiciona portátiles viejos para personal interno o donaciones

No es una cuestión de tamaño o sector. Es cuestión de voluntad, creatividad y estrategia.

Conclusión

La economía circular no es exclusiva del “sector verde”. Cualquier empresa, desde una tienda de barrio hasta una multinacional, puede adoptar principios circulares y beneficiarse de ellos a nivel económico, social y ambiental.

Empieza por lo básico: revisa tus procesos, reduce residuos, colabora con tu entorno, comunica con sentido y mejora paso a paso.

Porque en el siglo XXI, ser una empresa circular ya no es una moda, es una ventaja competitiva.