El dilema: ¿Puede un inhabilitado dirigir la RFEF?
La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) está en el centro de un huracán ético gracias a Rafael Louzán. Este señor, presidente de la Federación Gallega de Fútbol, tiene una condena de siete años de inhabilitación por prevaricación. ¿Y qué hace? Pues intenta ser presidente de la RFEF. Sí, tal cual lo lees.
El problema radica en que los estatutos de la RFEF, en su artículo 19.4, dicen que no pueden ser miembros de los órganos federativos personas inhabilitadas para ocupar un cargo público. Vamos, que la normativa es clara. Pero Louzán tiene su defensa: “Oye, mi condena no es firme, así que no cuenta”. Eso sí, si lo elegimos, ni FIFA ni UEFA lo aceptarían por no cumplir sus estándares de integridad.
¿Qué dice el CSD sobre todo esto?
José Manuel Rodríguez Uribes, el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), no tiene pelos en la lengua: “Si estás inhabilitado judicialmente, no te puedes presentar. Punto final”. Vamos, que según él, Louzán no debería ni intentar meter un pie en la puerta. Pero Louzán sigue adelante, como si fuera un partido en el minuto 90 y estuviera perdiendo por un gol.
El apoyo de los barones territoriales
Para poder presentarse, Louzán necesitaba al menos 21 avales de los presidentes territoriales. ¿Y qué crees? Los consiguió. Pero no todos están contentos. Algunos barones lo apoyan sin problema, pero otros prefieren mantenerse al margen, diciendo que no lo avalarán ni votarán. Aunque, como el voto es secreto, quién sabe lo que realmente harán.
Es como esa típica reunión en la oficina donde nadie quiere decirle al jefe que su idea es mala. Unos lo apoyan porque sí, otros se abstienen para quedar bien, y al final, todos miran a otro lado mientras la decisión se toma sola.
El riesgo reputacional del fútbol español
La candidatura de Louzán podría poner al fútbol español en una posición bastante incómoda. Imagina que llega a ser presidente y luego la UEFA o la FIFA lo rechazan en sus comités. Sería como invitar a alguien a tu fiesta y que luego el portero no lo deje entrar. La vergüenza sería internacional.
El plan B: Sergio Merchán
Louzán, siendo previsor, tiene un plan B. Si lo descalifican, ha decidido apoyar a Sergio Merchán, presidente de la federación extremeña, como su sucesor. ¿El problema? Merchán apenas lleva un año en su cargo y su experiencia para liderar la RFEF es, digamos, cuestionable. Pero para Louzán eso no importa, porque lo ve como un reemplazo ideal.
Es como cuando tienes que presentar un proyecto en el trabajo y mandas al becario porque, bueno, es mejor que no presentarte tú mismo. La jugada no convence a muchos, y los opositores están que trinan.
¿Qué hay de los otros candidatos?
Juan Manuel Morales y Gerardo González, dos figuras externas, también quieren competir por la presidencia de la RFEF. Pero, con Louzán acaparando la mayoría de los avales, sus posibilidades se reducen drásticamente. Es como intentar entrar al cine cuando alguien ya compró todos los boletos. Lo intentan, pero las puertas se cierran rápido.
¿Qué está en juego para la RFEF?
Si Louzán sigue adelante y la RFEF no toma medidas, la imagen de la federación y del fútbol español podría quedar aún más dañada. Ya sabemos que la RFEF no tiene precisamente un historial limpio, y esto sería otro golpe a su reputación.
Además, el fútbol no es solo un deporte; es una parte importante de la identidad española. Que se perciba como corrupto o poco ético afecta no solo a los dirigentes, sino también a los aficionados y a los jugadores que representan al país.
¿Qué podemos esperar?
- El CSD podría intervenir y descalificar a Louzán antes de que su candidatura llegue más lejos.
- Los presidentes territoriales tienen la oportunidad de cambiar el rumbo al no votar por él.
- Si Louzán sigue adelante, el escándalo podría alcanzar nuevas dimensiones internacionales.
Un llamado a la integridad en el fútbol
Al final, este caso pone sobre la mesa una pregunta importante: ¿queremos un fútbol limpio y ético o vamos a seguir tolerando estas prácticas? Es un momento clave para que los dirigentes del fútbol español demuestren que están comprometidos con la transparencia y la honestidad.
Así que, como aficionados, empresarios o simplemente amantes del deporte, debemos exigir que las reglas se respeten y que el fútbol sea un espacio donde el juego limpio sea lo más importante. ¡El balón está en su cancha!