Al finalizar la celebración de este año de Las Fallas, Clare Speak habla con los que hacen que el festival se lleve a cabo sobre por qué en Valencia la fiesta nunca termina realmente.
En la mañana del 20 de marzo, el centro de Valencia está casi desierto. Por primera vez en semanas, no hay explosiones ensordecedoras y no hay olor a pólvora en el aire.
Ahora las calles están perfectamente limpias y son inquietantemente tranquilas. La plaza del Mercado Central, que hasta anoche era una discoteca al aire libre, es silenciosa. Es difícil imaginar las multitudes y las escenas caóticas de hace unas horas.
EN FOTOS: Sátira al rojo vivo en Las Fallas de Valencia
Cada año, el 19 de marzo, cientos de miles de personas se apiñan en estas calles para ver cómo más de 700 esculturas falleras elaboradas, de hasta 40 pies de altura, son quemadas en las calles alrededor de la medianoche. Esta es La Crema, el último día de la famosa fiesta del fuego y su evento más conocido.
- Esta gran final llega después de semanas de preparación, con las fiestas y los fuegos artificiales en toda la ciudad y la región de Valencia que se han intensificado en los últimos cinco días.
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- – Pirofan (@PirofanWeb) 19 de marzo de 2019
- La ciudad recibe una gran parte de su turismo anual durante estos cinco días; algunas estimaciones dicen que la población de la ciudad se duplica. Y hoy casi todos esos visitantes se van a casa.
- Pero Las Fallas no se trata sólo de estos días, ni siquiera de las semanas anteriores. Muchos valencianos piensan, hablan y se preparan para el festival durante todo el año.
- “El día 20 volvemos a empezar”, dijo Miguel Ángel Pérez, del Patronato de Turismo de Valencia, que forma parte de la organización de la falla de su barrio. “Es hora de recargar las pilas después de la fiesta y planear para Las Fallas 2020.”
Para los falleros valencianos, Las Fallas finaliza el 19 de marzo y comienza de nuevo el 20 de marzo.
El festival, que comenzó simplemente quemando chatarra en hogueras como parte de una limpieza de primavera, se trata de deshacerse de lo viejo y dar la bienvenida a lo nuevo. Y en muchos sentidos se siente como una celebración de Año Nuevo.
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“Es bonito porque no es sólo para la semana de las Fallas. Las fallas corren todo el año y son parte de tu vida”, dijo Blanca Villena, una fallera que ha sido parte de su organización local de fallas desde que nació.
“Tenemos muchas fiestas y eventos durante todo el año, pero sobre todo nos reunimos todas las semanas para charlar y organizar cosas”, dijo. “Es una comunidad real y tengo muchos amigos aquí.”
Los cientos de miles de falleros de la ciudad no son los únicos que pasan todo el año preparándose para Las Fallas. Las costureras y los artistas se encuentran entre los que trabajan todo el año en preparación.
“Empezamos a trabajar en la escultura el pasado mes de mayo y sólo hace unos días vi el resultado final”, dijo PichiAvo, el artista valenciano que diseñó la principal escultura de la Falla de este año, expuesta -y luego quemada- en la plaza principal de la ciudad.
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Un post compartido por PichiAvo (@pichiavo) el 19 de marzo de 2019 a las 6:40am PDT
Sin embargo, algunos lugareños están respirando un suspiro de alivio ahora que la semana principal del festival ha terminado. Un taxista privado de sueño dijo que la fiesta fuera de su apartamento se prolonga hasta las 4 de la madrugada todas las noches, y comienza de nuevo con fuegos artificiales a las 8 de la mañana, mientras que los trabajadores de los servicios de emergencia locales no pueden tomar vacaciones durante este período.
“Recibimos muchas más llamadas en Fallas”, dijo Julián Rodríguez Muñoz, inspector jefe del servicio de bomberos de Valencia. “La mayoría son incendios en balcones o en contenedores de reciclaje por los fuegos artificiales, o la gente se emborracha y se lastima.”
“Pasamos mucho tiempo planeando para La Crema. A partir del 15 tenemos que inspeccionar todas las 350 fallas. Calculamos cómo se quemará cada escultura en función de la superficie y los materiales utilizados, la mayoría de las veces lo sabemos por experiencia”, dijo el jefe de bomberos, que ha estado al servicio durante 29 años.
Unos 300 bomberos valencianos y de otros lugares trabajan durante la noche de La Crema. Son los héroes del festival, con los lugareños ofreciéndoles comida y pidiéndoles una selección mientras supervisan las esculturas en llamas, a menudo colocadas de manera preocupante cerca de edificios de apartamentos y árboles.
Las Fallas puede parecer una anarquía en las calles, pero todo, desde el transporte público hasta la operación de limpieza, ha sido cuidadosamente organizado.
“Parece un caos, pero es un caos organizado”, dijo Pérez “Por eso nos lleva todo el año planearlo”.
Clare Speak es una periodista freelance que vivió en Valencia durante dos años y que regresa cada marzo para Las Fallas. Puedes encontrarla en Instagram.
