Valencia es la última ciudad española en introducir restricciones a los alquileres de vacaciones privados en un intento de abordar el turismo de masas.
Una nueva ley de turismo que será votada por el gobierno regional dará a las autoridades locales el poder de regular los alquileres de vacaciones zona por zona.
El boom del turismo en España ha causado una creciente reacción de los residentes locales que se quejan de que están siendo excluidos del precio de los alojamientos de alquiler en las zonas más deseables de la ciudad.
El Ayuntamiento de Valencia se está preparando para limitar los nuevos alquileres de vacaciones a los apartamentos de la planta baja y primera planta, poniendo fin a los alquileres privados que ofrecen una habitación con vistas.
Mientras que en el centro histórico de Valencia, la Ciutat Vella, no se permitirán nuevos alquileres.
“Con esta nueva legislación, los ayuntamientos podrán retomar el control de las propiedades para las que se pueden utilizar, y en Valencia vamos a imponer una importante barrera para que la tendencia no crezca en el futuro”, ha declarado Sandra Gómez, teniente de alcalde de Valencia.
La nueva legislación exigirá que todos los alquileres de vacaciones estén registrados y tengan la licencia correcta, que deberá figurar en los anuncios. Si no lo hace, se le impondrán multas muy elevadas.
Gómez estimó que alrededor del 70 por ciento de los 5.000 alquileres vacacionales de la ciudad no tenían las licencias correctas.
El mes pasado, Palma se convirtió en la primera ciudad en prohibir el alquiler de apartamentos privados, mientras que Barcelona ha impuesto nuevas y estrictas normas y multas para empresas como Airbnb y HomeAway por anunciar propiedades sin licencia.
El pasado verano, el Gobierno de las Islas Baleares aprobó una nueva y estricta ley que limita el número de turistas a las islas, en un intento por frenar el turismo de masas que está provocando conflictos con la población local.